domingo, 6 de marzo de 2011

Again

Tengo miedo, miedo a la soledad, miedo a que pase el tiempo y sienta que no siges a mi lado.
Tengo miedo, al presente inmediato, miedo a buscar tu mano y encontrar el vacio.
Tengo miedo, miedo a mi intuición, miedo de que mis pesadillas se hagan realidad,
miedo a lo desconocido en tu mirada, miedo a mis propios temores.

Tengo miedo a que entres en mi vida, miedo a no poder olvidarte.
Tengo miedo a que te acomodes en mi corazón,
miedo a que te marches, dejandome completamente sola y vacia.
Tengo miedo a ese futuro que llegara, a ese momento inesperado,
miedo a esas palabras, miedo a esos echos, miedo a esos actos.

Existen cosas que se, existen cosas que anhelo,
Existen cosas que no se pueden cambiar.
Existen miedos, existen esperanzas.
Existen momentos únicos, existen amores y odios.

Pero yo solo quiero que no me dejes sola, yo solo quiero que no te marches,
que no me olvides, que no conviertas mi futuro en mis pesadillas,
quiero que me ayudes a destruir ese sentimiento que me marchita por dentro.

¡Quiero no tener miedo!

miércoles, 9 de febrero de 2011

Dulce deseo, suave, suaves movimientos.

Suave, suave, recórreme lentamente, mientras la luna este en lo alto y las estrellas iluminan la abandonada habitación. La cama esta desecha, las cortinas están abiertas, miradas indiscretas; pero son tus propios ojos lo que me miran, son tan dulces y perversos. 

Suave, suave, no hay prisa, la noche no será nuestra pero si el placer, la cama comienza a calentarse, te siento cerca, la piel se me eriza, poco a poco empiezo a sentir tu aliento, subes lentamente, te mueves cual ladrón, robando cada sensación, cada gemido, esperando que intente escapar de mis ataduras. 

Pronto poco a poco el deseo comienza a invadir mi cuerpo, y es que no me lo pones fácil, tus tiernos labios, tu dulce lengua, jugando con mi cuerpo, amarrándome, robándome todo el calor.

Y quiero fundirme contigo, quiero no ser solo este cuerpo, deseo tu alma, deseo, deseo, que inunda mi corazón, que enciende mi cuerpo. 

Suave, suave, sigues con tu placentera tortura, tu sabrosa lengua saborea mi maltrecho cuerpo, las cuerdas me aprietan cada vez más y más. Las estrellas nos miran celosas, la luna nos incita a ir más lejos, a no parar. Y no pares, hazme tuya, suavemente termina con mi hermosa agonía, complace mi profundo deseo, tómalo todo, tómalo y no pares hasta que mi alma forme parte de la tuya. 


Suave deseo, suave movimiento, rápidos colmillos, dulce sangre caliente, placentero final, llega a mí el momento de romper mis ataduras, ahora y por siempre hazme tuya, hasta el final de las noches y con la gracia de la luna.